No lo duden... hay que animarse...
…Siempre
comentaba; “los mejores regalos que recibí en mi vida fueron varios: una paleta
de madera para cortar la masa de pan leudada, 5 kilos de harina con afrecho
recién molida y todavía tibia de un molino de San Juan, un pequeño frasquito de
pimentón de Turquía, un trozo de chocolate puro que le trajo Juan de Colombia,
un libro de recetas de cocina con
flores, un pequeño queso casero de la campiña francesa que llegó con una
botella de “verde Chatreuse”… y ahí decidió parar de enumerar porque reconoció
haber recibido mucho y que Dios había sido más que generoso con ella. Y otra vez pensó:
¿Qué
más se podía pedir?
Entonces
lo supo: era hora de enseñar a la gente a pedir.
Había
que ser preciso con los deseos y las intenciones.
Había
que enseñar a amar, si era necesario…
…y
era necesario…

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